AUTOR: Uwe Rosenberg
EDICIÓN: 2011
TEMÁTICA:
Se trata del último de los eurogames de este autor alemán y, como los anteriores, totalmente escalable de 1 a 4 jugadores.
En él te haces cargo de un monasterio de la Edad Media que tendrás que hacer prosperar. Para ello gestionarás tu tablero a la vez que ampliarás tus terrenos, construyendo edificios, produciendo y cambiando productos. Y todo eso podrás hacerlo en Francia o en Irlanda.
DURACIÓN EN SOLITARIO: Aproximadamente 1 hora cuando ya conoces el juego.
En él te haces cargo de un monasterio de la Edad Media que tendrás que hacer prosperar. Para ello gestionarás tu tablero a la vez que ampliarás tus terrenos, construyendo edificios, produciendo y cambiando productos. Y todo eso podrás hacerlo en Francia o en Irlanda.
DURACIÓN EN SOLITARIO: Aproximadamente 1 hora cuando ya conoces el juego.
Editado en España por
Homoludicus. Del diseñador Klemens Franz que comparte diseño con el resto de
juegos de Rosenberg. De él he leído que se le tacha de mal dibujante. A mí me
encantan sus diseños, aunque éste no sea de los mejores. Buen dibujante o no,
ojalá tuvieran otros juegos la calidad, brillantez y a la vez simplicidad que
le aporta este diseñador.
La caja grande para los
componentes que trae, que por otro lado, son bastantes. Los tableros centrales
son rondeles de calidad más que aceptable. En cambio, los individuales son muy
finos y vienen cambados, aunque con algo de insistencia se pueden corregir.

No
hará falta enfundar las cartas, además, enfundadas pueden ser incómodas sobre
el tablero. Si aún así quisiéramos hacerlo, el tamaño adecuado es mini eurogame, aunque
debemos escoger bien porque en este caso deberían quedar lo más justas posible.
En total, el juego nos trae 110 cartas, muy pequeñas para mi gusto, más
teniendo en cuenta que el tamaño de la letra es reducido. Supongo que es el más
adecuado ya que si fueran mayores cogería demasiado espacio en la mesa, que ya
de por sí necesitas bastante.
LEYENDO LAS REGLAS:
LEYENDO LAS REGLAS:
De
entrada te encuentras con varios folletos de reglas. Uno con la preparación,
otro con las reglas generales, con las reglas detalladas y con las reglas específicas para los diferentes edificios,
además de una hoja de ayuda para cada jugador. Pero no nos asustemos. Están
bien estructuradas y con suficientes dibujos y esquemas como para no liarnos.
Leer
las reglas generales la primera vez es una buena opción para hacerte una idea
en conjunto de la mecánica del juego.
Las
reglas detalladas vienen más amplias y con las excepciones según el número de
jugadores. Pero fáciles de entender. Eso sí, si la primera vez que juegas, lo
haces en solitario, tendrás que leerlas completas, ya que las excepciones para la variante en solitario vienen al final.
Las
específicas de los edificios apenas las tendremos que consultar porque las
cartas vienen con esquemas suficientemente comprensibles. También vienen muy bien
estructuradas y con un índice en la primera hoja que nos lo hace todavía más
sencillo. Para mí bastante más útil que las hojas de resúmenes.
PREPARACIÓN PARA UN SOLO JUGADOR:
Si contamos con la caja para los componentes, sólo
tendremos que levantar la tapa y ya los tendremos todos ordenados y listos para
jugar. Esto nos reducirá sensiblemente el tiempo de preparación del juego.
Antes de empezar, debemos decidir si jugaremos con
la versión francesa o con la irlandesa. Si elegimos la variante irlandesa usamos
todos los edificios, 41 en total, con el trébol de 4 hojas impreso. Y, si escogemos
la francesa, que son los que tienen la flor de lis, retiramos la carpintería,
los 2 viñedos y la cantera (sólo la C). Para la primera partida yo elegí la
irlandesa por eso que dicen que era más fácil, aunque todavía no sé el porqué.
Ahora preparamos:
- El tablero central o rondel, que será el mismo que para 2 jugadores, lo colocamos en el centro de la mesa con los recursos de madera en el espacio marcado con una A y le colocaremos la rueda "0,2,3,4,…" puesta en 0.
- Los edificios iniciales (con un dibujo de una biblia abierta) bocarriba al lado del rondel.
- El resto de edificios se colocarán apilados en diferentes mazos A, B, C y D alrededor del rondel como indica la imagen.
- La casa color azul la pondremos donde va el mazo A.
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Rondel preparado para iniciar nuestra partida en solitario |
- Todos los distritos apilados con los valores en orden de menor a mayor. Haremos lo mismo con las parcelas.
- Cogemos los asentamientos iniciales y ponemos el resto boca abajo y en orden.
- Colocamos nuestro tablero individual con los 3 bosques y los 2 pantanos.
- Cogemos nuestros 3 clérigos del color elegido (1 prior y 2 monjes) .
- Habrá un jugador neutral con un tablero individual pero sin bosques ni pantanos. Aunque sí contará con el edificio de Mercado de Constructores en la casilla superior izquierda del tablero, además de los 3 edificios iniciales de su tablero. También contará con sus 3 clérigos.
- No usaremos ni el indicador de uva ni el de piedra.
- Comenzamos la partida sin ninguna mercancía.
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Tablero individual y colocación de terrenos |
![]() |
Tablero inicial del jugador neutral |
CÓMO JUGARLO EN SOLITARIO:
Pasos del turno:
1º)
Comprobar si tenemos los 3 clérigos ocupando nuestros edificios, tanto los
nuestros como los del jugador neutral. Si es así, debemos recuperarlos.
2º)
Se gira la flecha del rondel una posición en sentido contrario a las agujas del
reloj.
3º)
Si la flecha llega a la casa azul, se interrumpe el juego y se produce una fase
de Asentamiento (menos en el último turno, que esta fase se hará al final).
4º)
En cada turno podrán ejecutarse 2 acciones de las 3 siguientes:
- Colocar 1 clérigo en un edificio construido para poder utilizarlo. O usar 1 de los del jugador neutro pagándole 1 moneda (ó 2 según en qué fase del juego estemos), 1 vino ó 1 whiskey. Si usas un edificio que produce mercancías (con el símbolo de la rueda), obtendrás tantas mercancías como indica la flecha donde se encuentra la ficha de ese producto en el rondel e, inmediatamente, colocarás esa ficha en el espacio correspondiente al 0. La ficha cuadrada naranja se utiliza como comodín.
- Retirar una carta de bosque para conseguir madera o de pantano para obtener turba. La cantidad de material dependerá de dónde se encuentre la indicador de producción correspondiente en el rondel.
- Comprar una carta de edificio para construirlo en un espacio vacío de nuestro tablero. Tendrás que tener en cuenta que cada edificio se podrá construir sólo en determinados espacios de tu tablero dependiendo si son de costa, montaña, mar, llano, colina o montaña. Además, los edificios del monasterio (amarillos) sólo se podrán construir adyacentes entre sí. Si en el momento de construirlo tu prior está libre, podrás usarlo como una acción extra para utilizar dicho edificio.
Además de estas 3 posibles acciones existen otras adicionales que podrás realizar tantas veces como desees (salvo excepciones), y son:
- Transformar el grano en paja (dándole la vuelta a las fichas).
- Cambiar 5 fichas de 1 moneda por 1 ficha de 5 monedas. También puedes cambiar las fichas de vino y de whiskey por monedas.
- Comprar parcelas y/o distritos una vez por turno y por fase de asentamiento. Las parcelas a la izquierda usando la cara de costa o por la derecha si usas la cara de montaña. Y los distritos los colocarás por la cara que elijas adyacentes a tu tablero, por encima o por debajo. Deberás añadir los bosques o pantanos necesarios.
Cuando llegamos donde está la casa azul se produce
la fase de asentamiento, que es como un turno normal con algunas
diferencias:
1º)
Devolver los clérigos si están todos ocupados, como en cualquier turno.
3º)
Se colocarán en el tablero del jugador neutral todos los edificios que han
quedado sin construir. Si estuviera todo ocupado, construirás encima tantas
veces como haga falta y siempre que estén desocupados. Sólo tendrás que cumplir
una regla y es que los edificios del monasterio se colocarán adyacentes o
encima unos de otros y los normales no podrás construirlos encima de éstos. Con
el resto no tendrás en cuenta los requisitos habituales.
En
ese momento, si su prior está libre, podrás colocarlo en uno de esos edificios
recién construidos pagando el precio del contrato, y así poder utilizarlo sin
que cuente como acción. Si entonces, se quedan los 3 clérigos ocupados, también se devuelven.
4º)
Realizar el asentamiento que consiste en:
- Mover la casa azul a la siguiente letra. Es decir, si estamos en la A, lo pasaremos a la B y así sucesivamente.
- Opcionalmente podemos construir 1 asentamiento pagando su coste.
- Añadiremos el siguiente asentamiento (A, B, C o D) a nuestra pila, teniendo en cuenta que no podremos usarlo hasta la próxima fase de asentamiento.
- Los nuevos edificios se colocan boca arriba donde estaban los anteriores dispuestos para poder construirlos.
5º)
Hacer las 2 acciones como en un turno normal.
Cuando
lleguemos a la última fase de asentamiento, fase E (que no tiene edificios), la
realizaremos después de hacer nuestras acciones, es decir, al contrario que el
resto de fases de asentamiento del juego, ésta la haremos al final del turno. Y
aquí se acabará el juego.
Final de la partida
El total de puntos será la suma de los puntos de
victoria de las fichas de mercancías, más el valor de los edificios y
asentamientos construidos, más la suma de los valores de los asentamientos, que
son los que están en las casas rojas del propio asentamiento y de los 4 que
están adyacentes.
El objetivo del juego será alcanzar los 500 puntos.
Según pone en las reglas, es relativamente fácil con la versión irlandesa. Yo
te digo que no, que no es tan fácil. Si fuera así no sería tan buen juego.
PRIMERAS PARTIDAS:

En solitario, la rejugabilidad se ve mermada por utilizar siempre los mismos edificios y en el mismo orden, además de no tener azar. Incluso, con el tiempo, podríamos aprendernos los pasos adecuados para conseguir esos puntos. Aunque una vez alcanzado con facilidad el reto de los 500 puntos podríamos ir intentando superarnos. Aún así, llegar a esos puntos no es fácil, por lo que para llegar a quemar el juego habrá que darle al coco y jugarlo bastante. Lo importante es el camino y, para mí, este juego te lo borda.

En
mi opinión, los buenos solitarios no exceden de 45 minutos de juego. En este
caso llegas a la hora e incluso un poco más, pero aquí no puedo sopesarlo en
contra, ya que sólo me doy cuenta del tiempo que paso jugando cuando termino.
Debe ser por esa sensación de agobio que te da el que siempre parece que no te
va a dar tiempo de hacer todo lo que tienes planeado, o que eliges poner a tu
clérigo donde no debías.
La
temática casa totalmente con la mecánica y el desarrollo del juego. Realmente
hace que asumas tu papel, metiéndote de lleno en la partida.
Aunque
no me gustan las expansiones, este juego pide a gritos una nueva variante.
Podría ser una de Alemania. ¿O porqué no de España?
El
principal problema que le veo a Ora et Labora es ser el hermano pequeño de
juegos tan brillantes, que hacen que irremediablemente sea comparado con ellos.
Aún así, brilla por sí mismo y no deja de ser un juegazo.
CONCLUSIONES POSITIVAS:
- Aunque tanto su mecánica como la temática sea una mezcla entre Agrícola y Le Havre, es lo suficientemente diferente como para caber también en tu ludoteca. Más si eres tan fans de su autor como yo.
- En solitario, para mí, cumple con todos los requisitos. En este sentido es de los indispensables.
- Las reglas son muy sencillas y en cuanto pasan un par de turnos, te haces con la mecánica.
- El diseño no llega a ser tan exquisito como el At the gates of Loyang, pero sigue siendo excelente.
- Está exento de azar. Es pura estrategia. Aunque esto también le resta jugabilidad.
- Las mecánicas están muy depuradas.
- Es todo un reto conseguir los 500 puntos que te plantea el juego.
- Es tan escalable como el resto de juegos de Rosenberg, aunque lo veo mejor a 1 y a 2. A 4 se puede hacer muy largo y engorroso en mesa.
CONCLUSIONES NEGATIVAS:
- Algo caro si lo comparas con algunos de los anteriores juegos del autor.
- La falta de azar, así como la poca variabilidad de una partida a otra, le restan rejugabilidad.
- El reto se basa en superar una puntuación y se echa de menos una campaña como en su hermano mayor (Agrícola).
- En las primeras partidas se hace muy largo debido a que no conoces los edificios y pasas mucho tiempo eligiéndolos.
- El tamaño de las cartas hace que la letra sea demasiado pequeña.
- Necesitas bastante espacio, aún jugando en solitario.
- El AP (análisis-parálisis) que genera. Que importará sólo si no juegas en solitario, claro.
- El continuo trasiego de recursos durante toda la partida.
¿TE RECOMIENDO SU COMPRA?:
Si
te gustan los juegos de Uwe Rosenberg, ni lo dudes.
También
te lo recomiendo si te atraen los juegos con esta temática, o de colocación de
trabajadores y de gestión de recursos, en los que compras, construyes, produces, ganas dinero y te expandes.
Ni
se te ocurra comprártelo si no te gustan los eurogames, porque este es de los
auténticos.
ALGUNOS RECURSOS INTERESANTES:
- Reseña en solitario de la BSK.
- Una buena reseña, dudas y otras cosas interesantes de la BSK.
- Página del juego en la BGG.
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Buen Blog. No lo conocía.
ResponderEliminarYo soy un amante de los juegos de Uwe, pero este aún no lo tengo, que con la crisis uno ya no puede comprarse todos los juegos que le gustan. El precio es demasiado grande, no te parece?
Un saludo desde Galicia y suerte con el Blog. Espero con impaciencia la reseña del Friday.
Gracias.
ResponderEliminarSí que es grande su precio y más con la que nos rodea. Pero es de Uwe... y ya se sabe. A todos sus juegos les he sacado mucho partido, porque es mucho lo que se les puede sacar. Aunque me falta el Le Havre. Lo sé. Imperdonable, pero no lo he podido conseguir. Por cierto, aprovecho para decir que si hay alguien que quiera deshacerse de él, que avise.
Un saludo y espero verte por aquí.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarHe tropezado casualmente con tu blog en la bgg buscando información sobre el Ora et Labora, y he de decirte que se agradece la calidad de las entradas. Ya tienes otro seguidor fiel (curiosamente también gallego) y dado que también juego mayormente en solitario tu blog
ResponderEliminarme viene al pelo.
De los juegos más revienta neuronas del señor Uwe sólo he probado el Agrícola y cada vez lo disfruto más, aunque le estoy echando un vistazo serio al Ora et Labora y al At the gates of Loyang (no me preguntes porque, pero el Le Havre no me llama)así que le daré unas cuantas vueltas a tus entradas sobre ambos.
Debo reconocer que lo que comentáis sobre los precios de los juegos (y en estos dos en concreto es bastante patente)se ha disparado exponencialmente en los últimos años a unos niveles que asustan y que impiden que mi colección (y seguramente la de much@s)crezca a un mayor ritmo anual.
Un saludo.